PLD condena brutalidad policial
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) emitió esta tarde una nota de condena a la brutalidad policial exhibida en los casos de los jóvenes muertos en centros de salud luego de estar detenidos en destacamentos policiales
En un comunicado el PLD reclama exhaustiva investigación y sanción a los hechos denunciados al tiempo de manifestar su solidaridad con los familiares de los fallecidos
COMUNICADO
PLD condena brutalidad policial y exige justicia para víctimas
El Partido de la Liberación Dominicana expresa sus condolencias a la familia de los Santos Correa por la muerte en trágicas circunstancias del joven David de los Santos Correa y condenamos enérgicamente todo tipo de abusos policiales que arrebatan la vida de jóvenes ejemplares, reclamando una respuesta clara.
Enviamos también nuestras condolencias a las familias de José Gregorio Custodio y Richard Báez quienes fallecieron el pasado 17 de abril y 5 de abril respectivamente, en circunstancias aún no explicadas, luego de ser apresados y víctimas de la brutalidad del cuerpo policial.
Exigimos una investigación profunda que devele la verdad y justicia para las familias de las víctimas.
Miramos con preocupación estos casos, junto a la muerte de aquella pareja de esposos y otros; observando cómo se pretende normalizar “la macana” contra ciudadanos, con o sin debidos procesos de detención, en detrimento de todos los protocolos que garantizan el respeto a los derechos humanos, con los cuales está firmemente comprometido este país.
Debe llamar a profunda reflexión y ocupación de las autoridades del orden el informe del Departamento de Estado de Estados Unidos, publicado el pasado 12 de abril donde se revela el incremento en la brutalidad policial, sobre lo cual la actual administración no ha emitido explicación alguna.
Desde el PLD, reconocemos la urgencia de una reforma policial integral y estructural, que no debe quedarse en procedimientos administrativos, como la creación de un fideicomiso para estos fines. Entendemos que es una tarea ardua, y que no es tiempo de promesas, ni de intenciones sin hechos, es momento de un diálogo serio con miras a dar soluciones al grave deterioro de los últimos años de la seguridad ciudadana y el órgano concebido para garantizarla.