Los mentirosos destruyen a los líderes

✍️ Por Alex Aquino
En política, los mayores enemigos no siempre son los adversarios, sino los colaboradores desleales que bloquean el acceso a los verdaderos aliados. Un líder con credibilidad, seriedad y compromiso puede ver su carrera destruida no por ataques externos, sino por quienes dicen apoyarlo mientras levantan muros a su alrededor. Cuando un político permite que su equipo cierre las puertas al pueblo, la caída es solo cuestión de tiempo.
La política es un arte de sumar, no de excluir. Si un político tiene un equipo cuya tasa de rechazo es del 85-90%, es una señal clara de que algo está podrido en su estructura. Los seguidores leales se construyen con trabajo y cercanía, no con barreras y arrogancia. Un líder que se rodea de mediocres solo garantiza su propio fracaso.
Los verdaderos adversarios reconocen la fortaleza de un político, pero los colaboradores desleales lo sabotean desde dentro. Son estos quienes, con intrigas y engaños, erosionan su imagen y lo alejan de su gente. Un líder debe vigilar más a su círculo cercano que a sus oponentes, porque la traición siempre viene desde adentro.
Si nadie quiere acercarse a un político por culpa de su equipo, es hora de hacer una limpieza. La política no es para sectas de incompetentes, sino para aquellos que suman y multiplican apoyos. El líder que no revisa su entorno está destinado a la soledad y al olvido.