A pesar de las frecuentes imprudencias que todos los días y en todo momento se les ve cometer a los choferes de transporte público en diferentes vías del país, los principales líderes transportistas aseguran que aplican y se mantienen realizando cursos de formación de manejo defensivo.
Y sin embargo, en las vías se ve otra cosa. Como la vergüenza nacional en la que se constituyó el accidente del autobús de la empresa de transporte Suero Bus ocurrido en Bávaro en el que murieron cinco turistas y varias decenas resultaron heridos. El Ministerio Público asegura en su expediente que el chófer iba manejando bajo los efectos de cocaína, “sin precaución, de forma descuidada, atolondrada, temeraria e imprudente”. Consideran que «iba a alta velocidad y que al girar a la derecha no redujo la velocidad». Además un examen toxicológico que se presentó en la solicitud de medida de coerción sostiene que el hombre dio positivo a cocaína.
Se añade también las innumerables infracciones que cometen permanentemente, como los cruces en rojo, las detenciones en medio de la vía para recoger o desmontar pasajeros, los cortes para cruzar de un carril a otro, los bloqueos de cruce de peatones. Además de las actitudes agresivas que demuestran en el día a día. Todo esto da la impresión de que no le temen a ninguna consecuencia ni acatan las leyes de transito
